Atrapanieblas
viernes 21 de noviembre de 2008
© Sergio Plou
Artículos 2008

    Mientras los de Greenpeace se cuelgan de las centrales atómicas para ver si las cierran, el jefe de las Naciones Unidas con sede en Zaragoza se ha descolgado en Barcelona con unas contundentes declaraciones. A juicio de Carlos Fernández-Jáuregui, antes que ayudar a la banca hay que salvar a los seres humanos. Cada tres segundos muere un chaval en el mundo porque no tiene un sorbo de agua salubre que llevarse a la boca, así que hagan la cuenta del número de cadáveres que se agolpan mientras leen estas líneas. Este drama podría solucionarse no sólo montando desaladoras sino también con atrapanieblas, que son unas mallas que se colocan en lo alto de las montañas y que captan el agua de las nubes por medio de la condensación. Hay muchas formas de conseguir tan preciado líquido, si no se logra es porque existen intereses políticos y económicos de por medio. Lo sabemos. Somos conscientes de la penuria ética en que vivimos. Y sin embargo nos interesan más las razones ocultas que han empujado a Anna Kournikova para abandonar a Enrique Iglesias. Tras seis meses de convivencia y seis años de relación tuvieron una bronca y el menganito acabó en la calle. ¿Es una noticia importante? Inaugurar una letrina en África jamás logrará el mismo despliegue fotográfico en las revistas, de modo un reportaje de características tan soeces —por vital que resulte —nunca tendrá la misma pegada en Occidente. Nos llama más la atención que en Australia, con motivo de las elecciones, se presente un partido político en cuyas siglas aparece la palabra sexo. Utilizan como catapulta publicitaria la Sexpo de Melbourne, que ofrece sin duda más punch que organizar una expo de jardinería y hortalizas. De vez en cuando aparecen movimientos y organizaciones que se preocupan por nuestra salud sexual, además de los millares de empleados que trabajan en internet colgando páginas pornográficas. La aldea global es así de ridícula.
    En esta ciudad tenemos el dinero suficiente para adquirir un Titán, de los que sólo hay tres ejemplares en todo el planeta, y en cambio no podemos solucionar el problemilla de vivienda que soporta el individuo que duerme todas las noches en un cajero del barrio. El Titán es un microscopio tan alucinante que permite a los científicos observar los átomos de uno en uno. El director del Instituto de Nanociencia de Aragón asegura que el artefacto electrónico traerá a esta tierra un montón de «riqueza científica». Podemos contemplar los átomos individualmente y nos es imposible observar de cerca a nuestros marginados. Creamos riqueza científica y cultivamos la indigencia, hay que suponer que el vagabundo del cajero estará encantado con la noticia. Le basta con que La Caixa le permita echar el saco de dormir en el terrazo y que ningún nazi le reviente esta noche la mollera. Ni siquiera se habrá enterado de que los mandamases de la entidad financiera donde descansa pretenden colocar a la mafia rusa sus participaciones en Repsol. No está al corriente de los problemas de liquidez que soportan las entidades financieras, bastante tiene con las suyas. Lo único que tenemos en común es que las desgracias del Congo nos traen al pairo. Ni siquiera el primer transplante de tráquea, gracias a las células madre, consigue atrapar nuestra atención por igual. Yo me he quedado, como mucho, en la anécdota, en las peripecias que sufrió el becario que portaba las células en un estuche. Los de Easy Jet no le dejaron coger el avión en Bristol porque a saber qué diantres llevaba en la cajita, de modo que se fletó un chárter. A las células en cuestión, por lo que cuentan, no les quedaba mucho de vida. ¿No es mareante? Pone los pelos de punta. Para salvar a una persona se alquila un avión y las demás, sin embargo, nos importan un pepino. ¿Vivimos en una nube o es que la niebla nos impide ver la realidad? Según el ángulo de observación podemos distinguir en el cielo un fenómeno atmosférico o una algodonosa bolsa de agua, ¿depende de nuestra circunstancia particular el que demos valor a unos hechos y no a otros? Salta a la vista, pero imagino a un niño sediento que intenta capturar esa nube con un vulgar cazamariposas y se me hiela el alma.

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