Nos puede la curiosidad
lunes 16 de junio de 2008
© Sergio Plou
Artículos 2008

    No hay voces disonantes en el Valle cuando se habla de la Expo Zaragoza 2008, la «opinión publicada» refleja a diario una loa constante a los fastos en plena recesión económica. Cuando el ayuntamiento encara el verano con una deuda de más de cuarenta millones de euros —sin contar aún los rosarios del magno evento— los medios de comunicación apuestan por mostrar la vida cotidiana en el recinto de Ranillas depurando las críticas. La oposición ha desaparecido en la ciudad siendo patrióticamente elevada al insigne rango de los escribanos, aunque no se conozca todavía escrito alguno del vecino que fue nombrado por el alcalde cronista oficial del meandro. Será que no hace falta caer en la redundancia. La gesta baturra de la Expo se emite por la radio y la televisión a diario, ¿qué nos contará Buesa que no relaten ya los periódicos? A estas alturas es evidente que la curiosidad ciudadana está ganando a la lógica. La imprevisión y la hipocresía de los organizadores de la Expo se dan por buenas frente a la novedad que supone tener a la puerta de casa una distracción internacional constantemente publicitada. Cualquier discordancia, por pequeña que sea, es marginada con el propósito de hacer rentable el esfuerzo. Aunque sea en el plano nacional. Nos vale con los foráneos peninsulares porque las arcas no dan para anuncios en Europa. Ni siquiera cuando había pasta se preocuparon en difundir la Expo por el mundo y ahora es inútil. Basta con echar un vistazo al Parque del Agua, junto al recinto de Ranillas, para darse cuenta sin embargo de la escasa importancia que tiene la vida vegetal para los jefes del cotarro. Es innegable que la obra está sin terminar. No sólo «hay que dejar a la naturaleza que haga su trabajo», como afirma la concejala Lola Campos, también hay que recoger del suelo los restos de la pirotecnia de la inauguración, acabar el canal de aguas bravas, adecentar la nueva playita y terminar el embarcadero. Semejantes menudencias no hacen temblar el conjunto del proyecto. Nada de lo que se diga en contra afecta de hecho lo más mínimo a las cuarenta mil visitas diarias y los tres millones de entradas vendidas. Y nos interesa que se vendan cuantas más mejor, es la única forma de restar la deuda que nos quedará luego. Servidor, que es un tiquismiquis o un tocahuevos, no puede evitar la sonrisa de Gardfield cuando aparece un marrón o se descubre una cagada, pero me entristece que un parque dedicado a Luis Buñuel acabe demostrando que el tejido surreal de los negocios se desentiende de los espacios verdes. No sólo los deja para el final, sino que convierte la parte de atrás en el trastero de Fluvi. Tarde o temprano se descubre que la vegetación original del Ebro a su paso por la ciudad se ha domesticado completamente. Los cañaverales a orillas del Gállego tienen los días contados, así que no sé de dónde habrán traído las nutrias del acuario, igual son las últimas que quedaban porque en el río no se ven desde hace años. Así somos y hasta nos jactamos de nuestro carácter, no seré yo quien lleve la contraria. Nos puede la curiosidad, es comprensible, al fin y al cabo hace poco que bajamos del árbol y nos tira mucho lo que brilla, como a los monos. La realidad es que Zaragoza disfruta desde el sábado de un nuevo distrito urbano, una rara réplica en miniatura de La Défense, el barrio parisino más chic. Allí se instalarán cuando acabe la Expo los negocios maños de más copete y se pasearán por la Plaza del Alma los zapatos caros que ahora patean Zurita, el Zorongo y la Peñaza. Nuestros mandamases soñarán en la Torre del Agua que se comen el mundo, mientras les ratean el sueldo a sus chachas y limpiadoras, así es la vida de tonta. Entre todos hemos colaborado a montarles el circo y entre todos ahora lo tendremos que sacar adelante. A mí también me puede la curiosidad, lo reconozco, aunque todavía soy consciente de que, salvo que me toque la lotería, jamás podré montarme allí una oficina o alquilarme un apartamento. Todo este espacio —del que aseguran que se ha vendido el 40%— será el hábitat de nuestros ricos, a cuya gente le gusta aparentar.

Articulos
Primeras Publicaciones 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 — 2001 2007 2008 2009 2010 2011        
Cronicas Críticas Literarias Relatos Las Malas Influencias Sobre la Marcha La Bohemia La Flecha del Tiempo