Después de que el clan Kennedy y toda la prestigiosa pandilla demócrata apoyara a Barack Obama como líder frente a los republicanos, Hillary Diane Rodham - nombre de soltera de la Clinton, nacida en 1947 en Chicago - ha conseguido triunfar en Rhode Island, Texas y Ohio, circunstancia que le ha relajado mucho pero que ha puesto de los nervios a su partido. A su gente, por lo visto, le gustan las cosas claras y el chocolate espeso: le atraen poco los sobresaltos de útima hora y le desagradan las batallas intestinas. Se le ha criticado a Hilaria que estuviera tensa, se mantuviera a la defensiva o reaccionara en los debates intentando extraer lo peor de su contrincante. De alguna manera se le estaba pidiendo que dejara ver su flanco débil, su expresión más femenina y sentimental. Aunque no hizo demasiado caso de este tipo de consejos paternalistas, si llega a triunfar le ha ofrecido a Obama la vicepresidencia del gobierno. Tal y como está el panorama de igualado, y aunque faltan todavía las votaciones en los estados más propicios para la Clinton, se supone que Obama responderá de igual forma. De hecho ya lo hizo cuando comenzó a ser más abrasivo con ella en sus apariciones públicas. Incluso - parodiando sin querer a Rajoy - habló de una niña en su último mitin: "Creemos que una niña nacida esta noche debería tener las mismas oportunidades, tanto si viene de los barrios de San Antonio como de los suburbios de San Luis, de las calles de Chicago o las colinas de Appalachia. Y si esa niña tuviese la oportunidad de viajar por el mundo y alguien le preguntase de dónde viene, creemos que ella siempre debería ser capaz de tener la cabeza bien alta y con orgullo responder: Soy estadounidense". Tal vez esa niña esté ya crecidita y sea la abuela Hilaria, de profesión abogada, que cumplirá los 61 tacos en octubre. Una señora dispuesta a no echarse atrás en todo este largo envite, no en vano estoy hablando de la primera senadora que ha tenido el estado de Nueva York en toda su historia, donde consiguió ella solita más de veinte mil millones de dólares para las familias damnificadas por el atentado del 11 de septiembre. Ser capaz de montar una buena hucha es muy importante en los USA. Creer que esta mujer va a bajarse de la moto es una ingenuidad porque las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos costarán alrededor de un billón de dólares, así que no puede presentarse cualquiera con los bolsillos vacíos. Para conseguir la pasta hay que hacer muchas concesiones a las grandes multinacionales, que son las que aflojan la mosca, de modo que las diferencias entre Hilaria y Barack son más bien una cuestión de formas. Las formas se desvirtúan de tal modo que hay que tener en cuenta el voto racista. De hecho, la cuarta parte de los votantes de Hillary Clinton preferiría votar al republicano McCain antes que a Obama. Lo único que tiene en contra el republicano es que Bush haya decidido apoyarle. |