Recordarán que nuestro flamante presidente de las cortes autonómicas, el famoso señor Biel, habló en su toma de posesión de la necesidad que tenía de encontrar lugares discretos para apañar sus enjuagues. Desde entonces parece que ha encontrado unos cuantos y en su largo periplo hacia el mundo de las sombras ha logrado llegar a Madrid, donde charló largo y tendido con la cúpula del PP, para entregarnos después la foto que se hizo con el señor Rajoy. A estas alturas de la película, los más sesudos analistas todavía se aplican sanguijuelas en la nuca para que les llegue mejor el riego al cerebro y puedan comprender en qué diablos se ha metido este fulano y cuáles son sus intenciones. El PAR es una agencia de colocación, una subespecie en el contexto de las sociedades de trabajo temporal que, según sus resultados electorales y después de arduas negociaciones, va situando a sus socios en diversos cargos institucionales. No es ninguna sorpresa. Sigue su táctica clientelista desde hace lustros, por eso necesita discreción y pocas prisas. Si el gobierno de Bélgica lleva un año en funciones sin que se derrumbe el Estado, el de Aragón puede esperar lo que haga falta. A los técnicos y gobernantes del PSOE les sienta bien el intermedio porque les permite buscar otro acomodo y a doña Luisa Fernanda tampoco la encorren, así que todos ellos se divierten jugando al escondite. No son los únicos.

   Las agencias calificadoras continúan con su negocio y desmantelada Grecia vuelven ahora contra Portugal —cuya deuda han rebajado a la triste categoría de carroña—, condenando de paso a que los bancos españoles caigan en la histeria colectiva, porque poseen una considerable cantidad de las letras del país vecino. Mientras tanto el señor Rubalcaba, inasequible al desaliento, presenta su dimisión como vivepresidente del gobierno para asumir el timón del PSOE en la próxima convocatoria electoral. Será en otoño, tal vez durante el mes de noviembre, por esa razón el señor Biel ata sus tejemanejes con visión de futuro, encarando una coalición con el PP que le catapulte como en épocas pretéritas al Congreso y Senado madrileños. Las élites intelectuales de la izquierda, por otra parte, se encuentran tan desorientadas que empujan en foros y debates a que se cree un nuevo partido progresita, un instrumento político que aune los principios que la sociedad demanda. Se pronostica tal catástrofe para los socialdemócratas que se compara con la caída de Teddy Bautista y sus secuaces. La sociedad general de autores se ha convertido en un símbolo del crack socialista, donde su jefe, según las pesquisas, podría haber estado trabajando para una docena de empresas simultáneamente.

  El panorama en su conjunto resulta desolador, sobre todo en pleno verano. Amnistía Internacional investiga las actuaciones policiales contra el movimiento del 15 M, advirtiendo que se aprecia un grave aumento del uso de la violencia para repeler las protestas ciudadanas, haciendo especial hincapié en los sucesos acaecidos en la plaza de Cataluña. Los medios de comunicación convencionales vuelven a quedar atrapados en su inercia veraniega, hasta el extremo de que ayer se valoraba como la noticia más importante del día una que llegó a la portada del Norte de Castilla. Una palentina de edad avanzada telefoneó a la policía para que averiguara el paradero de su hermana, con la que llevaba horas intentando contactar sin resultado alguno. Al cabo de un rato, dicha señora volvió a telefonear para indicarles que su pariente gozaba de buena salud y que, al parecer, había sufrido un mareo en su domicilio. Nadie duda de la importancia personal que para esta señora puede tener la salud de su hermana, pero la presencia de una noticia de impacto tan volátil en primera página es sintomático de los derroteros que toma la prensa.